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Establece el tono y crea una cultura de grupo:
Establece el tono y crea una cultura de grupo
Cómo dirigir Difference
Cultura de grupo
En la sesión 1, hablamos sobre cómo establecer algunas pautas para el grupo
de modo que se cree una cultura en la que las personas se sientan cómodas para compartir y debatir.
Tres principios básicos pueden ayudar a lograrlo:
En primer lugar, agradecer a las personas por compartir
En segundo lugar, informar a tu grupo que si compartir algo causa incomodidad,
es mejor no hacerlo. En caso de dudas, no se debe hacer.
Y en tercer lugar, dar a las personas la flexibilidad de participar al nivel que deseen.
Es aceptable no tener la respuesta ‘correcta’
o que la gente diga que no quiere responder.
No hay presión, requisito ni obligación.
Ofrecer hospitalidad es una excelente manera de crear esta cultura.
Si el curso es en persona, el acomodo de la sala, la música y la comida o bebida
pueden ayudar a que las personas se sientan relajadas.
Y si el curso es en línea, hay que ser amigables en el chat a medida que las y los participantes se conecten.
Deja siempre un poco de tiempo al comienzo de la sesión para que las y los participantes conversen,
fomentando el humor y el espacio para que se relajen.
Yo dirigí Difference con un grupo de personas que no se conocían
y establecer la cultura del grupo fue muy importante
porque permitió que el grupo
dijera que querían escucharse entre sí y ser amables.
Y una de las pautas de nuestro grupo
era dar permiso a las personas para procesar y compartir de diferentes formas.
Entonces, para algunas personas, esto era en silencio.
Para otras, era en voz alta.
Y esto dio confianza para señalar las situaciones evidentes pero incómodas
y plantear los temas incisivos que había que tratar.
Interactuar con los problemas
Aunque Difference no se basa en problemas
y no se centra en una división o fractura específica
el objetivo es que a través
del acto de escuchar historias y reflexionar sobre las experiencias,
se crea una oportunidad para considerar los problemas
que son más importantes para ti y tu comunidad en general.
Estos podrían relacionarse con raza, clase, género, justicia climática.
Interactuar bien con estos temas significa acoger la experiencia y la historia de las personas.
A menudo evitamos las conversaciones difíciles y los desacuerdos
pero trata de no cerrar un espacio donde se comparten diferentes puntos de vista.
Acoge las conversaciones animadas con un intercambio respetuoso.
de diferentes perspectivas.
Si una discusión comienza a dominar una sesión, pide a las y los participantes que hagan una pausa,
agredéceles su participación tan honesta y sugiere retomar el tema después de la sesión.
Podrías reunirte con ellas y ellos individualmente o en conjunto
si eso les da más espacio para escuchar,
y podrían volver a tratar el tema como grupo en la reunión posterior
después de la última sesión.
Yo dirigí un curso Difference con un grupo después de una serie de la iglesia sobre el desmantelamiento del racismo.
Nuestro grupo compartía algunas opiniones similares
pero el curso proporcionó espacio para un debate más a fondo
y nos permitió percibir mucho mejor la complejidad del tema.
Los hábitos nos animaron a poner todo nuestro ser en los debates
sintiendo cada vez más curiosidad por nuestra propia historia y percepción.
Mi iglesia ahora también está pensando en cómo abordar el cambio climático
y espera utilizar el curso y los hábitos de Difference en estos debates.
La mejor forma de que tus participantes
entiendan los hábitos es verte modelarlos como anfitrión o anfitriona.
Estas son algunas ideas para comenzar.
Tener curiosidad
Hazles saber a todas y todos tus participantes que se les valora abriendo espacio
para que compartan, al tiempo que te aseguras de que nadie se sienta bajo ninguna presión para hacerlo.
Y recuerda que no es necesario que tengas todas las respuestas.
Modelar la humildad como anfitrión o anfitriona y hacer preguntas también es muy poderoso.
Estar presente: modela la buena escucha con tu grupo
evitando distracciones. Modela una vulnerabilidad adecuada;
aportar algo de tu propia historia puede ser muy importante
para darle a tu grupo permiso para compartir.
Reimaginar:
Invita a Dios a obrar en tu curso.
Las posibilidades que Dios podría abrir a través de este curso son infinitas.
Y la gente puede sorprenderte con su disposición para participar
o el impacto que una sesión tiene en ellas y ellos.
Así que debes prepararte para responderle a tu grupo.
Formo parte de una iglesia intercultural.
Entonces, las y los participantes eran de diversas culturas étnicas.
Éramos de cuatro naciones diferentes.
Como anfitrión, yo compartía una historia personal, como ejemplo de algo.
Presentaba mi vida para generar confianza y crear una cultura
de apertura. Para relajar a las personas nuevas.
Modelar los hábitos escuchando y valorando la experiencia de las demás personas
gentilmente permitió que mi grupo se sintiera cómodo para aportar sus diferentes perspectivas.
Recordatorio:
- Establece una cultura de grupo que haga que las personas se sientan cómodas.
- Incluye los problemas que son importantes para ti y tu comunidad en general.
- Al dirigir, modela los tres hábitos de tener curiosidad, estar presente y reimaginar.
Artículo:
1. Cultura de grupo
En la sesión 1, hablamos sobre cómo establecer algunas pautas de grupo para que se cree una cultura en la que las personas se sientan cómodas para compartir y comentar. Tres principios básicos pueden ayudar a lograrlo:
o Agradecer a las personas por compartir
o Informar al grupo que si compartir algo causa incomodidad, es mejor no hacerlo. (En caso de dudas, no se debe hacer).
o Dar a las personas la flexibilidad de participar al nivel que deseen. Es aceptable no tener la respuesta ‘correcta’ o que la gente diga que no quiere responder. No hay presión, requisito ni obligación.
Ofrecer hospitalidad es una excelente manera de crear esta cultura. Si el curso es en persona, el acomodo de la sala, la música y la comida o la bebida pueden ayudar a que las personas se sientan relajadas. Si el curso es en línea, hay que ser amigables en el chat a medida que las y los participantes se conecten. Deja siempre un poco de tiempo al comienzo de la sesión para que las y los participantes conversen, fomentando el humor y el espacio para que se relajen.
Cada sesión está diseñada para hacerse en 90 minutos. Se puede ampliar el tiempo para tener espacio para charlas informales al principio.
2. Interactuar con los problemas
Aunque Difference no se basa en problemas y no se centra en una división o fractura específica, el objetivo es que a través del acto de escuchar historias y reflexionar sobre experiencias se cree una oportunidad para considerar los problemas que son más importantes para ti y tu comunidad en general. Estos podrían relacionarse con raza, clase, género, justicia climática u otros problemas.
Interactuar bien con estos temas significa acoger la experiencia y la historia de las personas. A menudo evitamos las conversaciones difíciles y los desacuerdos, pero trata de no cerrar un espacio donde se comparten diferentes puntos de vista; acepta las conversaciones animadas con un intercambio respetuoso de diferentes perspectivas.
Si una discusión comienza a dominar una sesión, pide a las y los participantes que hagan una pausa, agradéceles su participación tan honesta y sugiere retomar el tema después de la sesión. Podrías reunirte con ellas y ellos individualmente o en conjunto si eso les da más espacio para escuchar, y podrían volver a tratar el tema como grupo en la reunión posterior a la sesión final.
3. Modela los hábitos
La mejor manera de que tus participantes comprendan los hábitos es verte modelarlos como anfitrión o anfitriona. Estas son algunas ideas para comenzar:
Tener curiosidad:
– Hazles saber a todas y todos tus participantes que se les valora abriendo espacio para que compartan, al tiempo que te aseguras de que nadie se sienta bajo ninguna presión para hacerlo.
– No necesitas tener todas las respuestas. Modelar humildad y hacer preguntas es muy poderoso.
Estar presente:
– Modela la buena escucha con tu grupo, evitando distracciones.
– Modela una vulnerabilidad adecuada; aportar algo de tu propia historia puede ser muy importante para darle a tu grupo permiso para compartir.
Reimaginar:
– Invita a Dios a obrar en tu curso. ¡Las posibilidades que Dios podría abrir a través de este curso son infinitas!
– La gente puede sorprenderte con su disposición para participar o el impacto que una sesión tiene en ellas y ellos, así que prepárate para adaptar.